Puedes mirar a alguien a los ojos y atreverte a negar la mayor de las verdades, puedes mirarte al espejo y engañar a tu propia persona, pero ante tu corazón no puedes esconder la realidad, pues no hay parte de ti a la que no sea capaz de llegar.
Por eso, si te atreves, mírame a los ojos y miénteme o mírate al espejo y sé hipócrita si así lo deseas, pero cuando mires a tu corazón ábrele todo tu ser, y escucha lo que te diga, pues según como lo trates puede llegar a ser tu mayor aliado, o tu peor enemigo.
Anuncios